¿Qué onda con la discapacidad?
«Estimados lectores tal vez esto puede quedarse solamente como un concepto filosófico, pero los invito a llevarlo más allá, y llevarlo a la práctica y la vida diaria, para ello les dejo un claro ejemplo de cómo un cambio de paradigma conceptual puede llevarnos a ver a las personas con discapacidad de una forma diferente»
Columna sobre inclusión escrita por Ricardo Martínez.
Aguascalientes, Aguascalientes, 07 de septiembre del 2022.
“ Dejemos de hablar de inclusión y comencemos hablar de expansión “
Estos últimos días llegó a mi cabeza un nuevo concepto, el cual rompía de lleno con el paradigma de la inclusión, dentro de uno de los cursos sobre temas de discapacidad, de los cuales me gusta estar inmerso escuchando realidades, actualidades y enfoques de la discapacidad desde la óptica de otros compañeros o profesionales de la materia, es aquí cuando me topo con un taller llamado “ Hablemos de eso que llaman inclusión “, enfocado a los diversos modelos de accesibilidad existentes en las producciones audiovisuales, por ende yo esperaba escuchar todo menos el concepto de «expansión»; un nuevo modelo pensado y conceptualizado por un compañero chileno con discapacidad auditiva de profesión dramaturgo (en una futura entrega mencionaré su nombre dado que en la investigación no lo tengo completo, pero me parece prioritario darle honor a quien honor merece), es aquí cuando comienzo a escuchar sobre el término «expansión», dicho término nace de la premisa de eliminar el concepto de “ inclusión “, de entrada una puesta fuerte, agresiva y que nos invita como sociedad a un cambio de paradigma.
Partimos de la premisa filosófica que, al utilizar el concepto inclusión este fue antepuesto por una acción de “ exclusión “ de la sociedad hacia una persona con discapacidad, y ya en el análisis profundo del concepto, podemos razonar que al estar excluido, un individuo de una sociedad tiene como significado que este no tuvo pertenencia a ella en forma lisa y llana, el individuo con discapacidad está fuera de la sociedad, es aquí cuando el autor se pregunta y analiza que la persona con alguna discapacidad nace con cualidades psicológicas y corpóreas iguales a las de cualquier individuo, en pocas palabras es un ser humano igual a los demás, por lo cual se pregunta entonces: ¿Por qué este individuo parte de una exclusión? y ya analizado esto llega a la conclusión que ser “ incluido “ parte de la premisa de que eres diferente en condición corpórea y mental, y esto da como resultado que la persona con discapacidad “ incluida “ en todo momento del concepto parte como discriminada.
Es aquí cuando el concepto “ expansión “ llega a colocarse como la premisa mejor adaptada al término y a la situación de las personas con discapacidad, ya que partimos de la premisa filosófica que todos desde nuestro nacimiento somos iguales como seres humanos con diferencias y limitaciones. intrínsecamente ligados a nuestra individualidad, pero es cuando la sociedad como conjunto debe expandir primero su mente y después “su sistemas de apoyo “, para darnos cabida a todos como iguales, todo esto a diferencia de la “ inclusión “ que humaniza desde el momento de la concepción a la persona con discapacidad y en ningún momento genera un entorno o concepto de discriminación o condescendencia.
Estimados lectores tal vez esto puede quedarse solamente como un concepto filosófico, pero los invito a llevarlo más allá, y llevarlo a la práctica y la vida diaria, para ello les dejo un claro ejemplo de cómo un cambio de paradigma conceptual puede llevarnos a ver a las personas con discapacidad de una forma diferente, es como cuando una persona ciega aborda un camión urbano, y dentro del concepto de “ inclusión “, la sociedad dota de espacios especiales para que esas personas sean “ incluidos “ y puedan ir sentados dentro de la unidad, pero cuando cambiamos de paradigma entendemos que la persona ciega debe de tener sistemas de apoyo social, en los cuales, al abordar el mismo camión no deben de existir estos espacios “ especiales “, sino que la sociedad debe de entender que al “ expandir “ el espacio para todos, un individuo debe de ceder o indicar la disponibilidad de un asiento en cualquier parte de la unidad para la persona con discapacidad, esto partiendo de la premisa de que el apoyo a esta persona genera un mejor entorno, primero para el ciego, y segundo para todos, ya que puede evitar incluso un accidente bajo el supuesto de que la persona al no tener la misma referencia que los demás puede salir volando y chocar contra alguien de esta manera causando una lesión a otra persona.
Los invito a seguir preguntándose y analizando este cambio de paradigma, nos puede hacer mejores como sociedad en mi muy particular opinión, creo que si, por lo que en futuras entregas seguiré abonando en favor de este gran concepto.
Estimado lector, muchas gracias por su tiempo.