MUERTES, CORRUPCIÓN, DESIGUALDAD, CRISIS DE SALUD Y EDUCACIÓN Y POLARIZACIÓN SOCIAL, HERENCIA DE AMLO A LA PRÓXIMA PRESIDENTA
Por: Redacción
Ciudad de México, a 31 de mayo, 2024
Con la salida de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de Palacio Nacional, México marca un nuevo paso en su prolongada transición hacia la democracia. Aunque el progreso es lento, el país ha alcanzado varios hitos importantes en su camino.
En el año 2000, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el poder perpetuo que había mantenido durante décadas, poniendo fin a un esquema de partido único que había comenzado con la revolución y que había perdurado a lo largo de los años, con un breve retorno durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Este cambio representó un gran avance hacia una democracia más plural.
El año 2018 fue otro hito significativo cuando Morena, la izquierda mexicana, ganó las elecciones presidenciales y AMLO asumió la presidencia. Durante sus seis años en el poder, AMLO tuvo la oportunidad de redimirse y reivindicarse ante la historia, utilizando sus conferencias matutinas para moldear la percepción pública y consolidar su posición. Aunque no encarceló a sus enemigos, los relegó al escarnio público, afectando tanto al PRI como al Partido Acción Nacional (PAN) de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Las conferencias matutinas de AMLO ayudaron a dividir la política mexicana en dos bloques: él y los demás. Este periodo permitió canalizar y purgar las furias nacidas de eventos históricos traumáticos como el desafuero de 2006, los fraudes electorales y la masacre de Tlatelolco.
Ahora, con López Obrador saliendo de escena, el país se prepara para la posible presidencia de una mujer, sea Claudia Sheinbaum de la coalición oficialista Sigamos Haciendo Historia o Xochitl Gálvez de la alianza opositora Fuerza y Corazón por México. La nueva presidenta enfrentará enormes desafíos, recibira un país dividido por la polarización creada desde palacio nacional, un país de la bancarrota petrolera, la criminalidad dominando el 35 por ciento del territorio, la corrupción, la violencia, las epidemias de obesidad y diabetes, los problemas educativos y las profundas desigualdades regionales, son problemas graves que afectan al país y que la próxima presidenta tendrá que enfrentar.
El legado de AMLO es un México que recuerda con cierto agrado su presidencia, sin escándalos mayores alrededor de su figura y con una sensación de justicia en las urnas. Sin embargo, el verdadero desafío ahora es convertir ese buen recuerdo en un país mejor, enfrentando y resolviendo los numerosos problemas que aún persisten.